Imponente show de Jairo y Baglietto en San Ignacio.
Unas 10 mil personas coincidieron la noche del jueves santo en San Ignacio Miní para participar de uno de los hitos culturales mas importantes de los últimos tiempos.
La Reducción Jesuítica de San Ignacio apostada en la provincia de Misiones, abrió sus puertas muy temprano en las primeras horas del Jueves Santo y desde ese momento, el flujo de gente fue constante hasta casi llegada la medianoche.
Contingentes de turistas de los mas variados rincones del país, cientos de familias misioneras, con sillones en mano, grupos de amigos, parejas de todas las edades, fueron imágenes permanentes de la jornada que, poco a poco iba dibujando los trazos de una postal que culminaría siendo más imponente que se haya podido imaginar.
Las imágenes aéreas mostraban en la pantalla gigante como el público iba completando la extensión del predio conforme avanzaban las horas. A media tarde se hicieron presente las máximas autoridades del Gobierno de Misiones. El gobernador de la provincia, Hugo Passalacqua, el vicegobernador Oscar Herrera Ahuad, los ministros de Turismo y Gobierno, José María Arrúa y Marcelo Pérez, y el intendente de San Ignacio, Esteban Romero, se reunieron para presenciar el inicio del triduo pascual.
A las 19, con las voces y acordes misioneros, dieron inicio a la Misa Popular de las Misiones, presidida por el obispo Rubén Martínez de la Institución de la Eucaristía en la Última Cena y el lavatorio de los pies realizado por Jesús, que fue concelebrada con los sacerdotes de la diócesis de Posadas.
Así, en un marco de plena armonía, y ya con la televisación en vivo de Canal 12, se fue desarrollando la “Misa Popular de las Misiones”, una obra inspirada en la Misa Criolla, pero adapta a las raíces y costumbres de estas tierras, una creación original de Joselo Shuap y Wilson Saliwonczik, con el aporte musical de Los Hermanos Nuñez, las poesías del Padre Julián Zini, y composiciones de Fabián Meza, Alcibiades Alarcón y muchos más. En esta edición, incluyó además, la participación de la comunidad Mbya Guaraní «Katupyry Poty», en el momento más importante de la celebración. Año tras año van sumándose voces nuevas que hacen que este proyecto se convierta poco a poco en patrimonio de todos los misioneros.
En esta edición 2018 los acordes y la tinta misionera acompañaron una vez mas todo el recorrido de la pasión y muerte de Jesucristo, dotando de emoción permanente a todo el entorno. Los músicos presentes este año fueron las voces de Jael López, Paola Leguizamón, Gabriela Faviero, Franco Zacarías, Carlos Gutierrez, Fabián Meza, Joselo Schuap, y el Coro Comunidad Guaraní de San Ignacio. Los instrumentos de Juan Pico Nuñez, Marcos Chavo Nuñez, Neco Swidersky y Jonathan Bombage.
Para las 21, la energía que invadía la tierra jesuítico guaraní era tan imponente, que había logrado convencer hasta el propio cielo de no llover. Las amenazas meteorológicas que acecharon desde principios de semana, habían cedido espacio para que la magia de la noche suceda, se potencie, tome vuelo y maraville.
«Cuando me despierte cada día con el cuerpo de aire y ese olor, feliz del tiempo manso de las lilas, sin miedo al movimiento y al dolor» rezaba la primer estrofa de «Cuando» de JorgeFandermole, con la que Jairo y Baglietto, subieron al magnífico escenario montado delante del Portal de la vieja iglesia de San Ignacio Miní y frente a lo que alguna vez fue la Plaza de armas, colmada anoche por un público que de pié, ovacionó con respeto y admiración a los artistas.
La magnitud de lo que estaba sucediendo, tenía sobrado mérito para ser compartido. La TV Pública tomó la posta, plantó sus cámaras a la par de la de los medios locales, para mostrar el espectáculo que en redes sociales, tuvo una repercusión que viralizó la imagen misionera de una noche de jueves, colada en hogares de todo el mundo.
Una hora y media de show ininterrumpido captaron la atención constante de los presentes que, cuando creían que no podría ser mejor, el sublime dúo entonó en francés y en castellano, el Ave María de Bach, estremeciendo hasta las piedras de la Misión. Un emocionado Baglietto se abrazaba con Jairo, y sellaban así, esta gira que empezó siendo un vuelo de 8 shows y terminó con su presentación número 54 en el mejor escenario inigualable.
Un rosarino y un cordobés cantando en la tierra sin mal. No había lugar para otra cosa que la emoción. En los rostros de la gente, podía descifrarse el brillo de la expresión de quien recibe lo que espera.
Un entorno de naturaleza, historia y misticismo sin par; una noche de luna llena, que encendía los colores del portal jesuítico; un escenario repleto de talento, miles de almas en complicidad, completaron la postal mas imponente que se haya podido esperar.