Escribe Ariel Gauto (Periodista)
La entrevista se desarrolla en un espacio que durante dos meses, hasta el 25 de agosto, tiene su sello inconfundible: el Centro de Arte del Parque del Conocimiento.
Mientras, emocionados, sus fans, que en casi 1 millón lo siguen en Instagram, esperan ansiosos para que les autografíe uno de sus libros o les conceda una selfie.
En sus espaldas cuelgan algunas obras del «fantasmita» su primer personaje de ilustración y el «Humor de camas deshechas de amor», donde interpreta situaciones y pensamientos que en la vida real se presentan en el vínculo de pareja.
Más allá del concepto de la inspiración, considera que el trabajo duro es el que permite a un artista concretar una buena obra. «Me levanto todos los días a las 8 de la mañana y dibujo», comenta.
Admite que las redes sociales (posee seguidores de todo Latinoamérica) le dieron en gran parte la masividad que hoy posee, algo que según señala en otros tiempos se hubiera dado únicamente publicando en diarios o revistas.
Nos recibe Nico Vilela, o simplemente Nico uno de los ilustradores contemporáneos más populares. Su pasión por el dibujo no es casual, sino que viene de su hogar, donde se esparcían lápices de colores en la mesa familiar.
Su camino comenzó en 2014 con “Las aventuras del fantasmita». En 2016 presenta «Paisaje de Gigantes». En 2017 publica «Viajeros» y un año después de manera independiente «Humor de camas deshechas de amor».
En tu charla dejaste dos mensajes. Primero que el fracaso sobreviene de emprender y segundo que pese a que se trata de una expresión artística, tomás lo que hacés como un trabajo?
Me gusta contar las veces que me va mal y que me va bien, sabiendo que esos son motores que nos hacen seguir haciendo esto. Hoy sucede que con la página al tener un millón de seguidores uno cree que ya llegó o que es exitoso. Eso no me gusta tanto.
Me gusta contar que me levanto todas las mañanas a trabajar, que se llega y puede vivir del arte tomándotelo como un abajo. Hace 7 años que me levanto a dibujar, y cuando me iba mal hacía otro trabajo. Así no me ponía a esperar que el dibujo y la pintura lleguen. Tampoco no me casé nunca con ningún dibujo, ni con ningún cuadro y seguí produciendo. Siempre doy el ejemplo de la panadería, donde el panadero todos los días hace pan. Lo mismo yo, cada lunes hago dibujos que se difunden en redes sociales, y el martes me levanto otra vez. A veces hay muchos mitos sobre el artista y la inspiración y en mi caso me levanto y laburo.
Aprendiste de todos los grandes dibujantes como Quino, Caloi y Fontanarrosa?
Por supuesto. Hasta recomiendo que miren todas las obras que puedan, uno no puede renegar de sus influencias que tiene desde que nace, que los que miré en tele, o revistas que tengo en mis casas. Lo tomé, aprendí de ellos.
Lo que no se debe hacer es copiar, tomar el diálogo de otro artista y reproducirlo en tu propia obra. Eso es un robo, es innegable. Quino te hacía un chistecito pero te dibujaba un edificio con un perfil arquitectónico impresionante. Caloi con sus pinturas y acuarelas, y Fontanarrosa con sus trazos. De todos ellos fui tomando algo.
Lo mismo que otros artistas como Diego Pares o Tute. Lo fui llevando a mi obra, y uno a medida que va madurando y aprendiendo quiere despejarse de eso y tener su propia impronta y lenguaje.
Tuviste comienzos difíciles, donde la guita no alcanzaba. Cómo lo afrontaste y superaste?
En el caso de mi carrera como ilustrador no hay un camino que te diga por dónde ir y que seguro que llegás. Fui aprendiendo. Me equivoqué mil veces. Pero siempre tuve la convicción que quería hacer esto. Entonces cuando el dibujo no pagaba el alquiler buscaba changas. Pero volvía a mi casa y me ponía a dibujar. En esa disciplina siempre estuve.
Es muy difícil vivir del arte, ya que no hay un camino que te indique por dónde ir. Con las redes sociales cambió todo esto: antes si no publicaba en una revista o diario no era nadie. Y hoy pude vivir la etapa de publicar en un diario y ahora vivo la etapa plena de las redes. Pude pertenecer a ambas generaciones. Hoy no necesito publicar más en diarios, lo hago yo mismo en las redes, llega incluso a más gente y después termina en los libros.
Hay alguno de tus personajes con los que la gente está más apegada o encariñada?
Es bastante parecido en general, pero al dar las charlas te das cuenta que le conmueve al gente y que no. Me sorprendió que me pidieron mucho el fantasmita, pero generalmente abarco bastante público. Puedo hacer algo infantil con fantasmita o para los adultos humor de camas. En una charla mía hay niños y personas de 30 o 35 años. Pero me gusta abarcar todos esos mundos, lo que más pueda, no achicarme a una sola cosa, ni a un solo lenguaje.
Cómo expresas en tus trabajos la realidad que percibís como artista y además como ciudadano de éste país?
En mi camino como artista las situaciones políticas y sociales me fueron atravesando, ya que un país define una obra y que hago a futuro. Y eso se expresa en mis obras. Voy desde amor, de rutina de desayuno y birras y también de contextos sociales que me atravesaban, y no soy de discutirlo en un asado sino se de transmitirlo a través de un dibujo.
Hay un dibujo que refleja la lucha de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Cuál es su contenido y sentido?
Lo que uno busca es esto mismo. Lo que a uno lo conmueve. El reencuentro de dos personas me motiva muchísimo con toda la carga que tuvieron las personas que vivieron esas épocas. Cada vez que aparece un nieto me dan ganas de dibujar algo nuevo, que lo difundo y lo muestro. Y cuando la gente se lo apropia, ya deja de ser de uno.
Cuándo y cómo empezaste a dibujar?
Vino un poco de sangre ya que soy el menor de seis hermanos y la mayoría dibuja y pinta. Tuve la suerte de nacer en una familia donde estaba todo eso. Mi primer recuerdo de la infancia es una mesa y los dibujos, ya estaba la música los Redonditos de Ricota que es otra de mis influencias, la música. Siempre fui el pibe del fondo de la escuela dibujando y en un momento fue la decisión cuando terminé la secundaria. Y la pregunta qué vas a estudiar? Pasé por varias carreras Y dije: tengo que pintar, tengo que dibujar. Estudié en Tandil (Buenos Aires) y allí me quedé. Incluso conocí gente con mis mismas inquietudes, de pintar de ilustrar, de crecer en el arte. Hoy soy profesor de artes plásticas, aunque nunca ejercí porque me encontre con la ilustración, el publicar y hacer historietas y me dediqué de lleno a eso.
Se viene un nuevo libro tuyo que será editado en Barcelona, España?
Hace un par de meses una imprenta está interesada. Antes de esto somos nosotros la editorial, los libros se imprimen en Tandil, se pagan en cuotas, y nosotros también distribuimos. Pero el de Barcelona, se distribuirá en 84 países.
Artículo publicado en la edición N° 48 de Revista ENFOQUE