Mariana Barbitta, abogada y presidenta de la Asociación de Mujeres Penalistas de la Argentina (AMPA) participó la semana pasada en la ciudad de Posadas de una charla abierta bajo el título: Justicia Penal con Perspectiva de Género. El evento fue organizado por el colectivo de mujeres “Contra la Violencia Juntas”, que tiene entre sus principales figuras a dos exdiputadas: María Losada y Silvia Risko.
Tras su disertación en el Hotel Urbano, Barbitta fue entrevistada por ENFOQUE y en el mano a mano con este medio, la abogada hizo un repaso sobre la situación de desigualdad estructural histórica entre varones y mujeres en el Derecho Penal. La especialista marcó que la realidad de Argentina, con respecto al Derecho Penal, “es masculina, patriarcal y machista”.
Barbitta, fundadora de AMPA en el año 2012, indicó que la asociación que preside es un espacio que se generó con el objetivo de derribar las limitaciones existentes que impone el sistema patriarcal.
En esa línea, consideró imperante apuntar a las capacitaciones desde de las facultades de Derecho, “las cuales forman estudiantes, mujeres y varones, sin la perspectiva de género”, advirtió.
¿Cómo nace la Asociación de Mujeres Panelistas de la Argentina (AMPA)?
La asociación nace en el año 2012 a raíz de una propuesta que hice como abogada penalista. Comenzamos a advertir que había una desigualdad estructural entre varones y mujeres, especialmente en el ejercicio penal, por ser una rama tan masculina, patriarcal y machista.
A nosotras que ejercemos la misma rama, se nos dificulta y comienzan a aparecer limitaciones. Entonces dije que había que construir un espacio donde nos nuclée a las pocas abogadas especialistas en Derecho Penal. Arrancó ahí y nos ha ido muy bien.
En ese contexto conocí a María Losada y me convoca en el marco de este espacio colectivo de mujeres “Contra la Violencia Juntas”.
¿Cuál fue el eje de su presentación?
Durante mi intervención hice un recorrido de la desigualdad estructural. Esto es histórico y tiene que ver con el patriarcado y está definido como la reproducción sistemática de relaciones asimétricas por parte del Estado, con la finalidad de mantener la hegemonía de grupos de poder.
Nos pusimos a ver las dificultades que tiene la justicia y encontramos en el mapa de género, que tiene la Corte Suprema de Justicia de la Nación, las distintas formas de ubicación jerárquicas de jueces y juezas, y ahí nos encontramos con la diferenciación entre varones y mujeres de ministros y ministras.
En Argentina por ejemplo hay un 24% de ministras contra un 76% de ministros. Y a nivel total del sistema judicial en Argentina tenemos 56% mujeres contra 44% varones. Lo cual muestra que las mujeres estamos en una posición mayoritaria, porque adquirimos distintas funciones pero nunca la jerarquía. Somos muy buenas para ser secretaría del juez, para estar en la secretaría de un tribunal, pero cuando llegás a la cúspide aparecen las desigualdades.
¿Y que proponen desde la AMPA para comenzar a cambiar está lógica?
Hay que trabajar, hay que romper lo que es el patriarcado y esta desigualdad estructural y comenzar a trabajar con herramientas que tengan que ver con capacitación. Nos debemos dirigir capacitaciones no solamente del Poder Judicial, sino también a nivel de las facultades de derecho.
Las facultades por ejemplo forman estudiantes, mujeres y varones, sin la perspectiva de género. En este contexto me parece que la capacitación es algo muy importante. Además los concursos, ya que el acceso a los concursos tiene que ver también con las desigualdades y con esta brecha de las tareas entre hombres y mujeres, donde las mujeres estamos dedicadas al cuidado de la casa y de los niños, y en esos años dejamos de formarnos para los concursos. Entonces hay que trabajar en las reglas de concursos de políticas de género.
Reconocer estas desigualdades estructurales para que podamos acercarnos, y no tener una brecha tan larga.
Y cómo profesional del Derecho, ¿cúal es su mirada del sistema de justicia argentino, en el marco del actual gobierno nacional?
Como abogada, ciudadana, estoy muy preocupada con la Justicia, con la mirada en particular del Gobierno Nacional, básicamente porque empiezo a encontrar políticas públicas de persecución penal que se quedan extralimitadas respecto de los hechos. Por ejemplo, la cuestión de los motochorros. Es una dificultad, que tiene Argentina, eso está claro, pero no por eso vamos a tomar al Derecho Penal como única herramienta para encarcelar y encerrar a la gente pobre o vulnerable».
Porque en definitiva, estos delitos de motochorros tiene que ver con la desigualdad económica. Eso me preocupa y me preocupa que haya habido casos que por haber twiteado en contra del Gobierno están detenidos. Las marchas, donde pareciera que el Gobierno toma la herramienta de la cárcel, así que estoy preocupada. También por la asignación de jueces y juezas.
Comparado con el Gobierno anterior, hay muchos carcelados y muchos inocentes. Muchos detenidos sin condena, eso también es preocupante.