Empresarios y economistas mostraron incredulidad ante el éxito que pueda tener el plan anticrisis que el Gobierno tiene preparado para lanzar antes del fin de semana largo de Pascuas. El congelamiento de precios, los créditos de Anses para jubilados y otras medidas que aún diseñan en Casa Rosada nacerán con el pulgar abajo del sector privado, desde donde alertaron por el retraso de la reactivación ante shock de «economía de guerra» que «mantendrá los desequilibrios que impiden la inversión, el ahogo tributario y la inflación de costos para la producción».
Así, el debut del programa tendrá el desafío de superar los augurios de empresarios y analistas sobre los beneficios que tendrá en el corto y mediano plazo. «Es un parche para llegar a las elecciones», afirmó el presidente de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), Marcelo Uribarren, quien descartó la reanimación de las expectativas de inversión al señalar que «no existirá esa situación con esta tasa de interés, con la inestabilidad del dólar, con la volatilidad y la incertidumbre».
«No estoy de acuerdo con este tipo de manejo con los precios, salvo que haya un acuerdo amplio; por ejemplo, de cosas que estamos pidiendo como moratoria impositiva u otros puntos que hacen a la presión tributaria», afirmó Uribarren, en declaraciones a BAE Negocios.
El líder cordobés reclamó poner en marcha un congelamiento de precios general a cambio de «facilidad para el pago de impuestos o la suspensión de embargos por el mismo tiempo», y pidió «que no sea otra vez el privado el que tenga que hacer el esfuerzo».
Y fue más concreto, al poner en duda el plan acordado con el FMI: «el equilibrio fiscal primario impide al Estado tener capacidad de financiación, y eso entonces nos permite decir que el equilibrio fiscal no es tan necesario como lograr cosas más profundas».
El presidente de TN&Platex -de la textil más grande del país- y economista, Teddy Karagozian, fue contundente con su análisis: «este control de precios es una solución sintomática que vuelve a poner en cabeza de los empresarios el costo de la mala administración del Estado».
El empresario había planteado el año pasado que la suba la inflación iba a ser motorizada por el aumento de tasas de mayo. En ese momento, los funcionarios del equipo económico entendieron que se trataba de un análisis sin sustento. Ahora, redobla la apuesta: «se acelera ahora pues al desaparecer los stocks sobrantes los precios suben. Por falta de oferta y aumento de costos».
Y en ese sentido alerta que la inversión es inexistente «porque nadie gana dinero». Y puso la variable electoral como consecuencia del modelo económico: «La crisis es provocada por mala praxis y es la misma razón por la que sube en las encuestas Cristina Kirchner. No es Cristina la causa, es la consecuencia lógica», sostuvo.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Industriales de la provincia de Buenos Aires (Adiba) e integrante de la Junta Directiva de la UIA, Silvio Zúrzolo, se lamentó de que «cada medida que toma el Gobierno, en lugar de provocar una reacción positiva en la actividad económica, genera que la gente compre dólares». «Los que tienen plata para invertir, que cada vez son menos, saben en dónde gastarla», afirmó.
La misma lectura prevalecía entre los economistas que trabajan en consultoras privadas y en el ámbito académico. Ramiro Castiñeira, de Econométrica, planteó que el estímulo para el consumo de jubilados y los estratos con ingresos más bajos serán «un paliativo». «La macro no va a rebotar por esta medida», aseguró.
El profesor de la UBA, Ariel Coremberg, puntualizó que los descuentos y créditos de la Anses «van a compensar la caída del poder adquisitivo que hubo en el último año y medio, más que reimpulsar el consumo». «Este tipo de medidas, para que funcionen, se tienen que lanzar al comienzo de un plan de estabilización exitoso con un gobierno que tenga credibilidad. No vas a comprar un electrodoméstico, una casa o un auto si no sabés lo que vas a pagar y esa incertidumbre no se resuelve con estos préstamos», razonó.
En la misma línea cuestionó el control de precios enfocado en la boca minorista, «mientras los costos industriales aumentan». De ahí la mayor efectividad que tendría apuntar al segmento mayorista como ocurrió con el Plan Austral o la Convertibilidad, recordó.
Desde una óptima monetarista, Castiñeira cerró: «el acuerdo de precios nos sirve si no frenan la creación de dinero».
Marcelo Uribarren – Presidente de la UCI
«Es un parche para llegar a las elecciones y no reanimará a la inversión, con esta tasa, con inestabilidad del dólar, con volatilidad e incertidumbre. No estoy de acuerdo con este tipo de manejo con los precios, salvo que haya un acuerdo amplio; por ejemplo, de otras cosas que estamos pidiendo, como moratoria impositiva u otros puntos que hacen a la presión tributaria”
Teddy Karagozian – Dueño TN&Platex
«Este control de precios es una solución sintomática que vuelve a poner en la cabeza de los empresarios el costo de la mala administración del Estado. La inflación se aceleró por las altas tasas. Y se acelera ahora porque al desaparecer los stocks sobrantes los precios suben. Por falta de oferta y aumento de costos”
Ramiro Castiñeira – Consultora Econométrica
«Hay una amplia experiencia internacional respecto a los acuerdos de precios que demuestra que no sirven para frenar la inflación. Para que los precios dejen de subir hay que dejar de emitir dinero. Los anuncios sobre los créditos para reactivar el consumo a lo sumo pueden funcionar como paliativo, porque la macroeconomía no va a rebotar por estos préstamos”
Ariel Coremberg – Economista UBA
«Soy escéptico respecto a un acuerdo de precios porque mientras tanto los costos siguen subiendo al ritmo inflacionario. Por eso sería más efectivo enfocarse en el segmento mayorista. Los créditos Anses a lo sumo podrán recomponer el ingreso perdido a lo largo del último año y medio, pero no van a repuntar el consumo. No van a resolver la incertidumbre que hay actualmente”.
Fuente: BAE Negocios