Fuera de los grandes protagonistas de la jornada, Estanislao Fernández y Fabiola Yáñez se ganaron la atención de los flashes y de las cámaras. No sólo porque se trata del hijo y la pareja del Presidente, sino porque no disimularon su intensa emoción por la asunción de Alberto Fernández.
Ya desde temprano, Estanislao se salió el libreto más acartonado cuando confesó sus nervios porque no estaba acostumbrado a algo así. “Los zapatos me resbalan y tengo miedo de caerme y romperme algo”, admitió a la Radio Cadena 3 de Córdoba. Poco después se lo vio eufórico al seguir cada momento de la jura en el Congreso y, ya con su papá convertido en Presidente, no ocultó el llanto.
La emoción de Estanislao fue causada por la referencia que hizo Alberto Fernández respecto a su madre al final del discurso presidencial. En ese tramo de su alocución, el jefe del Estado también se refirió a su maestro, “El Bebe” Righi, y a Néstor Kirchner.
“Permítanme también recordar en esta hora a tres personas que me signaron en la vida. Quiero recordar a mi madre que me marcó con su ejemplo. Quiero recordar a Esteban Righi, quien me inculcó como nadie los mejores valores del Estado de derecho. Y quiero recordar a Néstor Kirchner, quien en el año 2003 me permitió participar de la maravillosa aventura de sacar a la Argentina de la postración”, sostuvo Alberto Fernández.
Fabiola Yáñez combinó la elegancia discreta con una emoción que arrancó contenida y que, con el correr de los minutos, se convirtió en un sendero de lágrimas irrefrenables.
Con su vestido rosa pálido, diseño de Evangelina Bomparola, Yáñez estrenó su papel de primera dama con un look más despojado que el de su antecesora Juliana Awada en los años del macrismo.
El hijo de Fernández y la primera dama recién se distendieron un poco cuando, tras los besos y los abrazos con el nuevo mandatario, posaron con él en el despacho presidencial para las fotos y los videos que saltaron a las redes sociales. El más sonriente, de todas formas, fue el Presidente.
Alberto Fernández entró quince minutos antes de las dos de la tarde al despacho presidencial que había vuelto a pisar 24 horas después de las elecciones, en el inicio de la transición con Mauricio Macri, y que fatigó en innumerables cantidad de veces durante sus épocas como jefe de Gabinete de Néstor y Cristina Kirchner.
El flamante Presidente llegó a Casa Rosada un rato después del gabinete, que transitó las cuadras que separan el Congreso de la Casa de Gobierno en algunas camionetas dispuestas para la ocasión en las que, según reconstruyó este medio, se resaltó el primer discurso presidencial, de poco más de una hora.
“Ya está trabajando”, aseguraron colaboradores del mandatario una vez que Fernández ya se había acomodado en su despacho junto a su hijo, sus hermanos y su pareja, y su vocero, Juan Pablo Biondi, uno de los pocos que lo acompañó temprano en su departamento de Puerto Madero, antes de partir rumbo al Parlamento.
En paralelo a la primera vez en el despacho presidencial del primer piso, el gabinete en pleno compartía un catering en los salones de los Científicos y Eva Perón, contiguos a los históricos balcones que dan a la Plaza de Mayo, frente al enorme escenario montado para el show de artistas que culminará a las 19 con las palabras de Fernández y de Cristina Kirchner.
En el resto de la Casa Rosada había un incesante desfile de colaboradores y funcionarios entrantes que reconocían oficinas, conversaban con los empleados y hacían reconocimiento de campo. Un alto funcionario que ocupará uno de los despachos del primer piso se había separado del gabinete para ocupar por primera vez su lugar de trabajo.
El jefe de Estado fue recibido en Casa Rosada por decenas de militantes, asesores y visitantes ocasionales al grito de “Alberto Presidente” y una lluvia de papeles en el mítico Patio de las Palmeras del gremio UPCN, que siguió el discurso en el Congreso a los gritos y con cánticos reiterativos.
Saludó a los mozos, pasó por la oficina del jefe de Gabinete que ocupó durante poco más de cinco años, entre el 2003 y mediados del 2008, y se abrazó con Víctor Bugge, el fotógrafo oficial del Gobierno, que le regaló dos fotografías. Lo acompañó además su amigo Francisco Bustillo, el embajador uruguayo en España.
En paralelo a la primera vez en el despacho presidencial del primer piso, el gabinete en pleno compartía un catering en los salones de los Científicos y Eva Perón, contiguos a los históricos balcones que dan a la Plaza de Mayo, frente al enorme escenario montado para el show de artistas que culminará a las 19 con las palabras de Fernández y de Cristina Kirchner.
En el resto de la Casa Rosada había un incesante desfile de colaboradores y funcionarios entrantes que reconocían oficinas, conversaban con los empleados y hacían reconocimiento de campo. Un alto funcionario que ocupará uno de los despachos del primer piso se había separado del gabinete para ocupar por primera vez su lugar de trabajo.
A la entrada del Presidente en Casa Rosada lo siguieron otros dirigentes K que volvieron a la Casa de Gobierno después de años, como Carlos Zannini, designado Procurador del Tesoro, o Máximo Kirchner, jefe del bloque del Frente de Todos en Diputados. Además de dirigentes del PJ y de La Cámpora.
A partir del miércoles -se esperan anuncios y medidas en las primeras horas de gobierno-, el mandatario pasará buena parte de sus días en Casa Rosada. Acompañado por un grupo de funcionarios de relevancia que tendrán oficina cerca, entre la planta baja y el primer piso.
Fuente: Infobae