Antes de llegar a la Legislatura provincial como diputada, María Inés Rebollo se desempeñó en la docencia, primero como profesora y luego como directora, durante 41 años. Lo que aprendió y aplicó, en esa amplia trayectoria, la llevó a la Cámara. Y lo que vislumbró en 2018 es algo que vino a sumar a la innovación del sistema educativo misionero: la ley de educación emocional, que abarca a las escuelas públicas y privadas.
Este viernes, la norma cumple un año. “Y no nos quedamos sólo en la aprobación. Con ayuda del Ministerio de Educación y del CGE conformamos un equipo que sale a distintos lugares de la provincia para capacitar a los docentes que lo piden”, destacó la legisladora de la Renovación en una entrevista con ENFOQUE.
“Este viernes 16, vamos a presentar un documento base que nos están demandando los docentes. Se trata de un cuadernillo con los temas básicos de la educación emocional, que se concretará también con el aporte de la Editorial de las Misiones, que funciona en el Parque del Conocimiento. Lo vamos a presentar en nuestro espacio en la Escuela de Robótica”, adelantó Rebollo.
Y más: para fin de 2019, presentarán el resultado de un estudio en curso sobre la aplicación de la educación emocional en Misiones.
“Después de mi trayectoria de 41 años como docente haber llegado a la Legislatura tenía un propósito, que fue bien recepcionado por la Comisión de Educación y por el presidente de la Cámara, el ingeniero Carlos Rovira. Creo que el sistema educativo demanda innovaciones. Es un sistema abierto, ubicuo y dinámico que permite que todas las estrategias se aborden en todos los lugares de diferentes maneras. Es un sistema formal, pero totalmente impactado por la tecnología y las redes sociales”, indicó la diputada.
“Desde este lugar es que tenemos que pensar que el mundo social, político, económico, educativo y en todos los demás órdenes está en una verdadera disrupción, por lo tanto tenemos que incorporar aquellos conocimientos que nos falta. Por muchos años se vino tratando el conocimiento racional, pero nos olvidamos del conocimiento emocional”, sostuvo.
Innovación pedagógica
Para Rebollo, “la educación emocional es una innovación pedagógica. Su abordaje no es solo pensar en que tenemos que desestresarnos y hacer relajación. Tiene todo un fundamento pedagógico que viene siendo trabajado por muchos autores. En un primer momento, el impacto fuerte lo dio el norteamericano Daniel Goleman, hace más de 20 años. Él habló de educación emocional. Luego otros de habla hispana, como el doctor Rafael Bizquerra, siguieron como el tema pero refiriéndose a la educación socioemocional, porque hablamos del individuo inserto en una sociedad”.
“La educación emocional nos anima a interpretar la realidad, a enfrentar esta verdad de la realidad social sin miedo y si lo hacemos así, seremos capaces de tomar decisiones asertivas”, conceptualizó.
Según la legisladora, “estamos en una sociedad de encuentros y desencuentros, alegrías y tristezas, violencia y afecto y entonces qué nos está faltando para estar en bienestar, en una mejor calidad de vida. Nos están faltando las habilidades emocionales, esto es autoconocimiento, autorreflexión, autoestima y las relaciones sociales, donde aparece siempre la empatía. Relacionarnos empáticamente requiere de todo un proceso”.
“Cómo encontrarnos, cómo convivir mejor, estas preguntas me hacía ya mucho antes de ingresar en el Poder Legislativo, cuando estaba en la gestión educativa. Es donde aparece en mi vida la educación emocional. En Argentina ha trabajado mucho el tema el equipo de la Universidad de San Andrés, donde tenemos a la su directora, la licenciada María Eugenia Podestá. Ella tomó al trabajo de Misiones y lo puso en un lugar relevante en uno de sus libros. Nosotros nos relacionamos con ella y con la licenciada Susana Maurin, ella es autora de la obra ‘La educación socioemocional en la escuela’. También nos comunicamos con Beatriz Mazucco, investigadora de la Universidad de Buenos Aires, por ejemplo”, contó.
Quieren replicar la experiencia
Agregó que “desde Paraguay y Chile nos contactaron para asesorarse en la aplicación de la educación emocional. En Chile, por ejemplo, presentaron un proyecto que tiene como base a la ley aprobada en Misiones”.
Rebollo aseguró que “el trabajo en equipo convoca al encuentro y a ser cooperativos y solidarios. Porque cuando trabajo en equipo observo que otro pudo ver lo que yo no pude y eso enriquece la tarea. Me miro en el espejo interior para fortalecer la autoestima”.
“La autoestima se alimenta toda la vida y depende del contexto donde nos encontramos, se fortalece”, agregó.
“Por qué hay tantos encuentros y desencuentros entre la mujer y el hombre, y en el interior de las familias, que llegan a situaciones límite. El miedo nos paraliza, vemos que no se corta una relación tóxica y enfermiza a su debido momento y entonces puede terminar con alguien muy lastimado o, en el peor de los casos, en un femicidio. Y si vamos a la escuela, encontramos el bullying, el acoso y el hostigamiento, que afecta a niños o niñas inseguros, cuyas familias no pudieron fortalecer su autoestima”, ilustró.
Reiteró que “la Provincia es vanguardia en muchas leyes. Contemplan pilares, donde tenemos que trabajar, con los docentes, en las instituciones escolares, con los estudiantes, con las familias, con la sociedad toda”.
Recordó que “desde 2005 varios colegios de Posadas veníamos inquietos. Un lugar donde se veían algunas cosas preocupantes que generaban debates era la Estudiantina. Entonces nos unimos en la asociación civil Red Previo, que se sostiene hasta hoy”.
Luego llegó a la Legislatura. “Allí lo primero que hicimos fue un trabajo de concientización en toda la provincia, de todos los niveles. Registramos e hicimos una investigación. Y con todos esos elementos presentamos el proyecto, luego convertido en Ley. Fue aprobado por unanimidad, el 16 de agosto de 2018. Estuvieron presentes 300 docentes”, evocó.
Ahora el desafío es que todas las escuelas pongan el contenido de la norma en práctica y, como subrayó Rebollo muchas vece, que la ley sirva para enfrentar la realidad social sin miedo.